
En Buena Muerte, Carlos Arenas volvió a demostrar su valía delante de los pasos, enhorabuena, nuestra madre de Consolación siguió a su hijo de la buena muerte codo cada año fijando su mirada en esa cruz vacía.

La Madruga se cumplió como era de esperar, a la hora fijada el Señor de la Huelva, lleno sus calles del centro con saetas de rezos y devoción echa llanto, la cual su madre de la Amargura siempre acompaña por San Juan, le siguió en ese duro pesar de su cruz.
La Fe se echo a la calle para pasear ese gran misterio que el año pasado se quedo en casa por culpa de las imclemcias del tiempo, La Caridad de manos de nuestro amigo y querido Titi, paseo con un buen hacer debajo de los pasos.
Descendimiento se estrenaba con la banda de la expiración, y Nuestra Señora de la Resignación estrenaba la banbalina delantera.

La Soledad Volvía a cerrar los desfiles procesionales de la mano de nuestro amigo Francisco Cumbreras (Curro). Ya solo nos queda disfrutar del resucitado el domingo de Resurrección.